Por: Elvira González.
Nick estaba siendo acosado sexualmente Loretta, quien después de sentir alivio por quitarle ese dolor que provocan las uñas encarnadas, "quiero ver todos tus músculos, eres varonil, muy sexy" apenas termino de decirlo, se descubrió las las piernas, la larga falda que vestía tenía una pronunciada abertura al frente, deseaba mostrarle la prenda transparente debajo de la falda, le decía que le dolían las piernas, mientras con sus dedos rozaba y señalaba desde abajo de la rodilla hasta la parte interna del muslo, indicando donde deseaba que acabara, cada vez más se desabrochaba la blusa, para que el encaje azul le provocara la tentación de disfrutar sus atributos, ella era una mujer cinco años mayor que Madeline, voluptuosa, bien conservada, no tan esbelta pero con buenas medidas, labios sensuales, ojos grandes, nariz recta, tez clara, la cabellera a los hombros, con ondas, mechas más claras de medias a puntas, tenía lo suyo, aunque muy diferente a Madeline, lo tomó de la corbata, jalándolo hacía ella quería besarle, comenzaba a meter mano por todos lados, fue realmente muy incómodo para él, quien se controló, respiró profundo, le hizo saber que se sentía muy halagado, que era realmente atractiva, sensual, pero que le gustaría conocerla un poco más, llevar las cosas con más calma, él pensaba en la forma de quitarle los papeles, sin involucrarse con ella, la invitó a comer, era el restaurante de un amigo, varios años mayor que él, soltero, a quien le encantaban las aventuras, era nacido en Italia, atractivo, no sería difícil que se gustaran, así podría zafarse de las negras intenciones que tenía Loretta con él, mientras ella fue al baño para arreglarse, él le envió un mensaje a su amigo, explicándole un poco que necesitaba lo ayudara, el amigo aceptó apoyarle, aunque no sabía bien con quien estaba por involucrarse.
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